Cáncer de mama
Hay mucho que decir sobre el cáncer de mama. Al ser uno de los cánceres más comunes del mundo, existen libros enteros sobre el tema, por lo que resulta difícil escribir sobre él en unos pocos párrafos. Dicho esto, centrémonos en los tratamientos de radioterapia. De entrada, hay una diferencia fundamental en el tratamiento del cáncer de mama. Se trata de un órgano situado en la parte superior del tórax, externo a la caja torácica. Esto plantea una serie de interrogantes y todavía se debate cuál es el mejor enfoque terapéutico.
Tradicionalmente, los tratamientos de radioterapia mamaria se realizaban mediante la técnica conformada 3D (3DCRT) a través de campos de reflexión que abarcaban la mama. El uso de este tipo de haces permite realizar el tratamiento sin irradiar la mama y el pulmón contrarios, pero con un exceso de dosis en la axila. Esta técnica utiliza haces bidimensionales con colimadores que le dan la forma de la mama. ¿Confuso? Intentemos arrojar algo de luz sobre el tema para aquellos que no pertenezcan al área de la radioterapia. Piense en una linterna. Cuando enciendes la luz y la proyectas sobre una pared tendrás un campo luminoso bidimensional, que es lo mismo que decir que tiene una altura y una anchura. En este ejemplo, un colimador sería algo que se pone delante de la luz, bloqueando una parte de ella, y dejando pasar un haz “moldeado”.
Ésta ha sido la principal técnica utilizada para tratar la mama. Con la introducción de las técnicas de radioterapia de intensidad modulada (IMRT), ha perdido un poco de terreno, pero sigue siendo muy utilizada. La IMRT permite utilizar haces tridimensionales que tienen en cuenta, no sólo la altura y la anchura, sino también la profundidad. Entonces, ¿cuál es exactamente la diferencia? Siguiendo con nuestra analogía de la linterna, imaginemos que el objeto colocado delante de la luz actúa como un filtro que permite el paso de diferentes intensidades de luz dentro del campo luminoso. En este ejemplo tendríamos un campo luminoso con diferentes puntos de enfoque en los que hay partes más luminosas que otras.
¿Qué significa esto para el tratamiento en sí? En la práctica, significa que, potencialmente, las técnicas de IMRT permiten gradientes de dosis mayores y más nítidos, lo que se traduce en una mayor capacidad para concentrar las dosis más altas en el volumen de tratamiento y, por tanto, en una mejor preservación de los pulmones y el corazón.
¿Significa esto que las técnicas de IMRT son mejores para los tratamientos del cáncer de mama? Antes de responder a esta pregunta, hay que decir algo más sobre las técnicas de IMRT. La forma estándar de esta técnica es una extensión de la 3DCRT en la que la intensidad del campo se modula en incidencias fijas del haz. Un enfoque más reciente es aquel en el que la modulación se realiza en un haz rotacional. Ésta también se denomina terapia de arco de volumen modulado (VMAT).
Además, antes de abordar la cuestión, hay otros aspectos que deben tenerse en cuenta, a saber, la disponibilidad o el uso de técnicas auxiliares como la radioterapia guiada por imagen (IGRT), la contención de la respiración en inspiración profunda (DIBH) y el gating. Tratar todos estos temas en detalle haría que este artículo fuera demasiado largo para una entrada de blog, pero se tratan en el Glosario y podrían ser un buen tema para un futuro blog. Aunque no son técnicas de tratamiento en sí mismas, permiten una mayor precisión durante el tratamiento.
Entonces, ¿cuál es exactamente mejor? Al igual que la mayoría de las cosas en la vida, lo mejor se decide comparando un conjunto de criterios con unas características en relación con una circunstancia o caso concreto. A la hora de elegir la mejor técnica para tratar un cáncer de mama, la situación es similar. Primero hay que decir qué es mejor en el caso concreto. Mientras que las técnicas de IMRT permiten dosis más conformes al volumen diana, también son más propensas a tener dosis bajas alrededor del pulmón opuesto y de la mama. Los pacientes tratados con técnicas 3DCRT pueden evitar la administración de dosis en el pulmón y la mama opuestos, pero tienen dosis axilares más altas. Asimismo, la disponibilidad y el uso de técnicas auxiliares influyen en la elección de la mejor técnica. Algunas, como la IGRT, permiten un posicionamiento preciso del paciente, mientras que otras, como la DIBH o las técnicas de gating, permiten preservar mejor el corazón. En última instancia, la decisión sobre qué utilizar dependerá siempre de la evaluación del paciente por parte del equipo, ya que algunas de estas técnicas también requieren que el paciente se coloque en la posición adecuada.
Independientemente de las técnicas utilizadas, el nivel de experiencia y formación dentro del equipo que trata con estas técnicas es fundamental. Un RTT experimentado puede entrenar y colocar al paciente de forma eficaz, mientras que un dosimetrista experimentado puede aprovechar al máximo las técnicas disponibles para alcanzar los objetivos del tratamiento.
En última instancia, la decisión sobre qué utilizar dependerá también de los recursos disponibles. El campo de la radioterapia siempre está creciendo y mejorando, y la modernización de un departamento puede ser un proceso difícil, ya que hay múltiples opciones de equipos y proveedores.
Si tiene previsto implantar nuevas técnicas o adquirir nuevos equipos en su departamento, consulte las soluciones de Mercurius Health para que le ayuden en el camino. He aquí cómo.
André Pereira
Dosimetrista