Radioinmunoterapia
La radioinmunoterapia (RIT) emplea proteínas inmunitarias para administrar radiactividad como trazadores o terapias dirigidas. El radioanticuerpo estéril y libre de pirógenos se inyecta por vía intravenosa en el tumor o en cavidades corporales como el peritoneo o el espacio intratecal, administrando dosis de radiación tumoricida. La RIT es eficaz contra tumores radiosensibles como las leucemias y los linfomas, mientras que los tumores sólidos requieren dosis de radiación más altas para obtener respuesta.
Los tumores sólidos pediátricos, como el neuroblastoma en el SNC, responden bien a la RIT intratecal, pero los tumores sólidos comunes (páncreas, melanoma, próstata, colon) muestran un éxito limitado con las inyecciones intravenosas directas.
La RIT se dirige a antígenos de la superficie o el estroma de las células neoplásicas, y se desarrollan métodos cuantitativos para estimar la dosis de radiación con el fin de personalizar el tratamiento y minimizar la toxicidad.
La teranóstica integra las funciones diagnóstica y terapéutica, utilizando el mismo radioisótopo para ambas. La obtención de imágenes PET/TC de alta resolución con anticuerpos ayuda a una dosimetría precisa para una mejor selección de pacientes y planificación del tratamiento.
El principio terapéutico de la RIT consiste en la focalización selectiva del tumor sobre los tejidos normales, creando un índice terapéutico. Aunque lo ideal es la radiación exclusiva del tumor, los tejidos normales radiosensibles se ven afectados durante la focalización.
El principal obstáculo que debe superarse para alcanzar todo el potencial de la RIT es la administración de dosis tumoricidas que oscilan entre 3.000 y 5.000 cGy para los tumores más radiosensibles y hasta 10.000 cGy para la mayoría de los tumores sólidos radioresistentes. Los tejidos radiosensibles como los riñones, los pulmones, la mucosa colónica y la médula ósea reciben menos de 2.000, 1.500, 250 y 100 cGy, respectivamente.