¿Ha llegado el trabajo a distancia para quedarse?
La pandemia de Covid-19 ha puesto de relieve el grado de innovación que la sanidad electrónica puede aportar a los sistemas sanitarios.
El año 2020 supuso un punto de inflexión en el uso de métodos de trabajo a distancia en la mayoría de los servicios de Radioterapia, debido principalmente a la pandemia y a los retos derivados de ella en cuanto al acceso a profesionales especializados, que en muchos casos se hizo difícil no sólo por la ubicación geográfica o las ausencias repentinas, sino también por la variación en el número de pacientes a planificar.
Cuando todo se bloqueó, la mayoría trasladó fuera de la clínica todas las funciones que podían realizarse a distancia. Algunos centros pasaron a ser 100% remotos, mientras que otros experimentaron con modelos híbridos in situ/remotos. En el proceso de radioterapia, las principales áreas de cambio fueron la delimitación de volúmenes, la planificación del tratamiento, la aprobación y la verificación.
Este hecho dio lugar a un “experimento” a gran escala en dosimetría remota. Y aunque la mayoría de los departamentos de planificación se basan en una interacción dinámica entre dosimetristas, físicos y médicos, siendo escépticos ante este cambio de paradigma, la mayoría acabó viendo el potencial que este método aportaría.
En toda la comunidad de atención oncológica, un punto en el que todos están de acuerdo es que el tiempo es fundamental. Una diferencia de varias semanas, o incluso días, puede repercutir profundamente en la eficacia del tratamiento, en el bienestar de los pacientes y sus familias y en los costes y la complejidad de la asistencia. Supone una carga innecesaria para los hospitales y los sistemas sanitarios.
Con este marco fue posible encontrar soluciones para responder a esta necesidad y evitar retrasos en los tratamientos:
Planificación a distancia
En cuanto al resultado del enfoque a distancia, durante la pandemia, aunque el cambio podía ser difícil, la planificación a distancia ha sido un éxito por la facilidad para crear planes de alta calidad. Y la mayoría acabó rindiéndose a la utilidad, facilidad y rapidez con la que se realizaba el trabajo diario, evitando que se aplazara el inicio del tratamiento por falta de recursos in situ.
Los beneficios de la planificación remota residen principalmente en la reducción del tiempo hasta el tratamiento, y en proporcionar apoyo en situaciones de carga de trabajo variable asociadas a bajas de personal (vacaciones o cobertura de ausencias) o picos de actividad. También sirve de apoyo a la formación continua del personal in situ en nuevas técnicas sin limitar la capacidad de planificación, lo que permite poner en marcha nuevas técnicas de tratamiento.
Y teniendo en cuenta que el 17% de los costes de un Centro de Radioterapia son costes de planificación dosimétrica, para los proveedores de salud el uso del enfoque de planificación remota también podría conducir a la reducción de los costes operativos a través de la optimización de los recursos y la reducción de los costes de formación y actualización de conocimientos del personal técnico.
A nivel global, la planificación remota contribuirá a la mejora y agilización de la asistencia sanitaria de nuestros pacientes, proporcionando tratamientos complejos y de alta calidad, utilizando las técnicas más avanzadas y los mejores profesionales, dotando a los hospitales de mayor capacidad para tratar a los pacientes con mayor rapidez.
Si se encuentra en un momento en el que tiene pocos recursos, muchos pacientes, o una nueva técnica que implementar, venga y descubra los servicios que Mercurius tiene para ofrecerle, y cómo pueden ayudarle en su rutina diaria.
Aquí le explicamos cómo.
¡Porque el trabajo a distancia está aquí para quedarse!
Ana Raquel Coutinho
Gerente de Prestación de Servicios de ePlanning